Lo que pasó anoche no dejaría indiferente a nadie.
Friday night, siete mujeres dispuestas a saciar su apetito, el tatami de un restaurante japonés (mi último vicio gastronómico) nuestro lugar de encuentro.
Zapatos de tacón infinito, leggins negros y mini vestido con escote imposible. Conocedora de la velada que me espera, entro con paso firme, como queriendo dejar huella con mi tacón siniestro. Mi mirada exploratoria, adopta una horizontalidad nipona, como dos puñaladas en un cartón, en un intento de mimetizarme con el entorno.
Nos descalzamos para entrar en el tatami y nos acomodamos como lobas hambrientas; el grupo de las “lingüísticas” ( por la habilidad para darle a la lengua) ya esta preparado para lo que será un festín de vivencias, encuentros y risas. No tengo palabras ni tiempo, para describir lo que allí aconteció.
Como suele ser habitual en mi persona y movida por la curiosidad de planteamientos imposibles, me camuflo en la apariencia de la normalidad, para convertirme en observadora del momento. Y entonces dejo de sentir y únicamente pienso “curioso los lazos que hilvana el destino, e invitan a compartir mesa, mantel y amistad a vidas tan diferentes…..
¿dónde están los mapas que trazan los encuentros?, ¿dónde están escritas las fórmulas de afinidad entre las personas? ”….. y sigue mi diálogo socrático….
Eso sí, me reafirmo en la capacidad de las allí presentes, para entrar en estado de trance cuasi-epiléptico, debido a lo que se denomina “Ataque de Risa Histérico”, en el marco de personalidades maníaco- amargadas.
Los síntomas son claros: cualquier estímulo, por absurdo que sea, genera de forma automática, la explosión de la carcajada, la exaltación ocular, la contorsión corporal involuntaria, e incluso, llegamos a brincar como poseídas por el espíritu de una pulga. Perdemos la compostura, se nos tuerce la peluca y las tres capas de maquillaje resistent waterproof plus plus plus, comienzan a chorrear hasta nuestro alicatado escote.
De mi observación empírica, concluyo que el cuadro clínico presenta variaciones muy interesantes, por ejemplo, en el caso de mi amiga la marquesa, y según ella misma confiesa, el final de su risa simula el ruido que emite el cerdo a la hora de procrear, tras un ligero corte de aire, vuelve a coger oxígeno y vuelve el porcino deseoso……
Dios!!!! que liberación de energía, que bacanal de endorfinas, que noche tan divertida!!
Sin duda la repetiremos en breve. Gracias marquesa, serás la única que lea esto....
10 comentarios:
pues ya ves que no ha sido la única... perdón por la pregunta, hombre al fim... alicatado escote?
Ostras tu! Que panorama. El mio de ayer pintaba bueno, hasta que me dió un chungo en el riñon y casi me muero. El panorama de hoy pintaba bien, pero se me ha jodido. Así que me toca quedarme en casa, como las abuelitas. Grrrrrrrrrrrrrrr
Me alegro de que lo pasases bien. Besos agua!
Me lo he pasado muy bien leyendo tu texto.
jejeje, me ha gustado mucho lo de tu mimetización con la mirada nipona, y lo del espíritu de la pulga.
Un beso en una copa de vino.
Hola Agua:
Gracias por tu visita a mi blog.
Me ha gustado la narración de vuestra cena japonesa. Con una descripción tan cuidada era muy fácil imaginar la escena.
Volveré.
Un abrazo
¡Qué grandiosa narrativa de un momento tan sui generis...! Más que leer me pareció como si estuviera presenciando un corto filmíco.
Gracias lo he disfrutado mucho.
Un beso.
Divertida crónica nipona :-)
Besitos
Me encanta la comida japonesa, y cenar con las amigas. Esas noches de "sólo chicas", jejejeje.
Divertida crónica Agua.
(Siento haber estado desaparecida, pero no he dejado de leerte por ello. Simplemente no tenía tiempo suficiente para comentar)
Un beso enorme.
Hola Agua! ¿Qué tal empieza la semana?
Pasaba para saludarte, (ya que no escribes una entrada nueva) y a darte las gracias por la visita.
Sigo por aquí, esperando alguna otra historia de las tuyas. A ver si me rio tanto como con la anterior ;)
P.D Soy rara, pero a mi lo de la comida Japonesa, china... :S no me va... ajaja
Agua, no nos has contado con qué brebaje acompañasteis los manjares orientales. Me alegro por vuestra agradable velada.
Un beso crudo como el shusi, Who.
Ayer me planteaba por qué las mujeres hacemos "eso", nos reimos como psicóticas por cosas que si las analizas no tienen la menor gracia, jajaja, pero si, definitivamente lo hacemos.
Muy lindo texto.
Publicar un comentario